En una sentencia impactante, un hombre de 59 años fue condenado a cinco años de prisión por ser encontrado culpable de abuso sexual agravado contra una persona menor de 13 años, siendo además el abuelo paterno de la víctima. Los hechos, que tuvieron lugar el año pasado, involucraron besos en la boca y tocamientos a su nieta de siete años. El veredicto fue emitido por el juez de audiencia de General Acha, Raúl Miguez Martín, después de un juicio oral.
El juez confirmó que el acusado llevó a cabo más de una ocasión de contacto inapropiado con su nieta, incluyendo besos y tocamientos, lo que violó las leyes de Protección Integral con las Mujeres y de Protección Integral de los derechos de niñas, niños y adolescentes.
Además de la condena, Miguez Martín dispuso medidas cautelares para el abuelo, que incluyen presentarse semanalmente ante las autoridades policiales locales, prohibición de salida del país, restricción de acercarse a menos de 300 metros de su nieta y madre, y fijación de residencia. La detención inmediata del acusado fue ordenada una vez que el fallo sea definitivo.
La fiscala de 25 de Mayo, Eugenia Bolzan, había solicitado una pena de seis años de prisión durante los alegatos, mientras que la defensora pública, Nydia Conde, había pedido la absolución o la pena mínima en caso de condena. El juez determinó que no existían atenuantes y resaltó que la relación de parentesco no influyó en la agravación de la pena, ya que la calidad de ascendiente ya estaba considerada como agravante en el Código Penal.
Miguez Martín resaltó la relevancia de una condena anterior en 2014 por actos similares del acusado, en los que fue condenado a tres años de prisión en suspenso. El juez destacó que la reincidencia y la falta de cambios en la conducta del acusado fueron factores que llevaron a una pena más alta en este caso.
El juez también consideró agravantes la indefensión de la víctima y la situación de vulnerabilidad ante el acusado. Además, mencionó que el informe psiquiátrico mostró que el acusado comprende la gravedad de sus actos y sus consecuencias, lo que aumentó el grado de reproche penal hacia su comportamiento.
Esta sentencia subraya la importancia de la protección de los derechos de los menores y la responsabilidad en casos de abuso sexual, aun cuando la relación familiar está involucrada.