El colegio secundario «Aguilas del Oeste» de esta localidad inició en 2015 sus actividades. El viernes, cinco alumnas y alumnos recibieron su diploma. Lo que parece una situación normal en muchas localidades pampeanas, para Algarrobo del Aguila es algo histórico. «Era una necesidad, un sueño, que siempre se anhelaba y lo pudimos concretar. Estamos felices», dijo a LA ARENA el intendente local, Oscar Gatica.
El jefe comunal contó que inició las gestiones apenas asumió en su mandato. Hasta 2015, en Algarrobo solo había, en el ámbito educativo, escuela primaria. Los jóvenes que pretendían acceder a estudios secundarios debían emigrar a Santa Isabel o Victorica. Esta situación ponía fuera del sistema a la mayoría por cuestiones económicas. «Este colegio llegó para poner justicia social», dijo Gatica.
«El logro se hizo atravesando distintos obstáculos, pero con la convicción inquebrantable de hacer realidad un sueño. Ese sueño estaba enfocado en darles la posibilidad a los jóvenes de realizar sus estudios secundarios en nuestro pueblo. Y ese anhelo se concretó. Hoy podemos decir que el secundario es una realidad y con mucho orgullo tenemos nuestra primera promoción. Serán parte de la historia por siempre», agregó.
Educación en el oeste.
Olga Porlay es la directora del «Aguilas del Oeste», y le ofreció a este diario una visión del acontecimiento no solo desde su tarea docente, sino también desde lo humano. «Fue un orgullo tener nuestra primera promoción. Es un verdadero logro institucional porque la situación sanitaria hizo que tengamos que recurrir a distintos recursos para poder llegar a este resultado. Hablo de nuestros recursos humanos en nuestro colegio y en Educación, como los alumnos, sus familias, las autoridades municipales y provinciales. Todos logramos que se mantuviera la vinculación y todos pudieran lograr los objetivos», expresó.
La docente contó que el colegio tiene matrícula de 60 alumnos y alumnas. Diez de ellos residen en puestos de la zona de Arbol Solo, Paso de los Algarrobos, Paso Maroma y en épocas normales habitan la residencia del establecimiento educativo.
Amor a la docencia.
También dijo que la pandemia opuso muchos obstáculos que fueron salvados a fuerza de sacrificio, dedicación, compromiso y amor por la profesión. «La falta de conectividad con los chicos que viven en los campos fue uno de los mayores desafíos. Fue el profesor de Tecnología Gabriel Badal, el chofer de la camioneta de Educación, Héctor Badal (son primos hermanos) quien es chofer de la primaria, y el maestro Pablo Bravo, quienes solucionaron este inconveniente. Cada 15 días recorrieron 250 kilómetros, a veces por huellas, para distribuir y recoger las actividades (de primaria y secundaria), y también bolsones de mercadería. Eso es una muestra de con que con que pertenencia a la profesión se enfrentó la situación», reveló.
La directora es nativa de Santa Rosa, y hace 38 años que trabaja como profesora de música. «Estuve 5 años en la Escuela Hogar de Winifreda, y otros seis en Arbol Solo. Después, me radiqué en Algarrobo del Aguila. El otro día hicimos una actividad conjunta con el colegio de Santa Isabel y al menos 30 de los profesores habían sido alumnos míos, eso es una emoción tremenda para una docente», confesó Olga.
«Acá somos un equipo de trabajo muy unidos, todos de acuerdo con que la prioridad son los alumnos y alumnas. El edificio es chico, así que no hay sala de profesores. Cuando se toca a recreo, obviamente hablo de épocas normales, nos sentamos en el patio chicas y chicos y profes. Tomamos mate, se comparten charlas, se participa en juegos. Siempre digo que acá no solo enseñamos en las aulas. Acá todos los alumnos y alumnas son respetuosos y tenemos una relación muy cercana», agregó emocionada.
Los egresados son Morena Martínez, Carla Orellano Cobarrubia, Bautista Amaya, Josías Santander y Alfredo Alexander López. La docente destacó que es muy importante que todos han avizorado su futuro y que aceptaron que la capacitación abre esas puertas.
«En las charlas que hemos compartido está incluido éste tema. Los cinco tienen proyecciones. Entre las carreras que han elegido, están ingeniería en sistemas, medicina, policía o ejército, ingeniería en hidrocarburos, y una opción de las relacionadas con el campo», puntualizó.
Corte del Atuel.
La docente aseguró que en el «Aguilas del Oeste» el tema del «río robado» está siempre presente. Contó que hace poco tiempo «llevaba en mi auto a uno de los alumnos, cuya familia vive en un puesto, y al pasar sobre el puente, miró el cauce seco y le dijo muy preocupado: profe, este verano no sé de dónde vamos a sacar agua. Me partió el alma», dijo.
«Es que el tema está presente a diario porque es algo que se sufre en esta zona. El acto de colación que hicimos el viernes, pensábamos hacerlo en el cauce seco, pero vino el viento y lo hicimos en el mismo lugar del inicio de clases: en la calle frente al colegio y la plaza. Ojalá que el Atuel vuelva a correr, lo necesitamos», concluyó Porlay.