La denuncia pública la hizo Universidad Amplia, aunque no aportó precisiones ni tampoco identificó a los autores.
Los consejeros y consejeras de la agrupación Universidad Amplia presentaron una nota al presidente del Consejo Superior y rector de la UNLPam, Oscar Alpa, para manifestar su preocupación y rechazo “a las reiteradas situaciones de violencia de género y maltrato contra compañeras que se vienen sucediendo en el seno del Consejo Superior”.
Y mencionaron lo ocurrido en la reunión de las comisiones permanentes, llevada a cabo el pasado martes 19 de mayo. “Nos alertó como Agrupación. Entendemos que estamos trabajando en un contexto donde se están naturalizando formas, contenidos y hechos que van en contra de los derechos de igualdad, respeto y diversidad que en reiteradas ocasiones desde este Cuerpo hemos pregonado y dejado plasmados por unanimidad en resoluciones, declaraciones, actividades e incluso conformación de instituciones de esta Universidad”, indicó UA mediante un comunicado de prensa.
“Tal es el caso, por ejemplo, de la Política contra todo tipo de violencia; el Protocolo contra el Acoso Sexual, discriminación y violencia de género, y -hace exactamente un año- la Resolución sobre la implementación de la Ley Micaela”, señaló.
Desde Universidad Amplia también advirtieron que “situaciones como la referida anteriormente, no son puntuales y nos llevan a reflexionar en dos niveles: por un lado, esos hechos deben servirnos para visibilizar, para mirarnos, reflexionar y comprender. Pero para poder modificar esas situaciones es necesario trascender ese plano particular y darnos cuenta que es imprescindible comprender que esto es parte de un sistema de ideas y vínculos construido y sostenido en jerarquías de poder, de género, de roles, de privilegios que alimentan la desigualdad, la misoginia y la violencia”.
“Es nuestra responsabilidad social como institución formadora poder repensar nuestra Universidad desde lo epistémico y desde lo político vincular porque estos aspectos no están separados y por tanto si no aprendemos, por ejemplo, a tener registro empático de estas situaciones, éstas aparecerán en nuestros diferentes lugares que como universitarias/os ocupamos: en las clases, en las reuniones, en las sesiones de Consejo y también en nuestras formas de investigar, de construir conocimiento y de llevar adelante la extensión universitaria”, destacaron.
A su vez, remarcaron que “la diversidad y las posibilidades de construcción y apropiación colectiva deben estar presentes en este tipo de capacitaciones y no quedar solo en estrategias discursivas y de gobierno que se contradicen con la realidad de las acciones y los hechos”.
Y le reclamaron al Rectorado “que estos temas sean tratados con la seriedad y profundidad que ameritan. La UNLPam debe ser promotora y ejemplo institucional, y para ello es necesario que se apliquen las resoluciones del Consejo Superior con contundencia y buen criterio”.
“Como Agrupación les exigimos a cada una/o de las/os representantes del Consejo Superior que sean responsables, y no generen y naturalicen situaciones y acciones que claramente implican violencia contra Consejeras. No solo se trata de convivencia, de diversidad y entendimiento; hablamos de comprender y apropiarnos de formas que respetan y exigen la no violencia”, sostuvieron.
“Es importante que aportemos a la construcción de una sociedad más justa, diversa e igualitaria. Nos comprometemos como Consejeras y Consejeros a denunciar cada hecho que atente contra los derechos adquiridos gracias al esfuerzo y compromiso de la sociedad pero también a aportar desde nuestros espacios para que la violencia de género sea un contenido de enseñanza aprendizaje de toda nuestra comunidad universitaria”, concluyeron.